• Su utopía en los enfoques del Presidente y de Martha
Por Rogelio Hernández López. Miradas de Reportero
Hubo hechos y símbolos que pocos periodistas notaron y consignaron durante la ceremonia de inhumación de Arnoldo Martínez Verdugo –el comunista contemporáneo más notorio– en la rotonda de las personas ilustres de México.
– Que fue un suceso del más alto nivel de Estado, agitador de emociones entre asistentes;
– Que Mario Delgado, presidente de Morena, buscó allí mismo dialogar con los únicos cuatro ex militantes del Partido Comunista Mexicano (PCM) que ocupan cargos relevantes en el gobierno federal: Alejandro Encinas, Elvira y Luciano Concheiro, Pablo Gómez y también de Martí Batres, que casi era pionero cuando se disolvió ese partido, pero hoy es Secretario de Gobierno de la Ciudad de México;
– Que varios ex militantes del PCM no pudieron entrar y sólo estuvieron en la ceremonia o escucharla desde la entrada alrededor de 12 entre un total de 150 invitados: Maritza Macín, escritora; Alma Rosas, investigadora académica y su esposo Rafael Anaya; Benito Collantes, dirigente social; Daniel Carlos García periodista y corresponsable del Movimiento Comunista Mexicano AC; Lorenzo Gutiérrez Bardales, exdirigente en la UNAM; Francisco Rosas, dirigente social y su esposa Ana Guadalupe; Juan Pablo Jardón, periodista Editor de Tribuna Comunista. “Pura polilla comunista”, comentaba jocoso Alejandro Encinas al toparlos.
– Que el mausoleo para Arnoldo sea una gran roca volcánica, como símbolo de la utopía comunista.
– Y lo más trascendente, fue que los mensajes del Presidente y Martha Recasens viuda de Arnoldo confrontaron dos visiones del momento de la utopía de Martínez Verdugo.
Y menos se sabe que después de la ceremonia, en los ámbitos de ex militantes comunistas se refrendaron las convicciones compartidas.
Ceremonia de Estado
9:30. El dispositivo en el acceso del panteón Dolores y en La rotonda. Destacamentos del ejército y de la Marina; tres filtros de control por personal civil de la Presidencia de la República; la banda sinfónica de la Marina al Este de la rotonda; tres destacamentos del Colegio Militar con uniforme de gala y su marcialidad de movimientos (uno para honrar al presidente, otro de escolta a la bandera y uno más de cinco mujeres para izar el lábaro y trasladar la urna). La sinfónica ambienta con Veracruz de Agustín Lara. Admiración extendida con decenas de fotos de teléfonos. Siguen arribando invitados.
9:45. Más emociones. Martha Recasens Díaz de León, viuda de Arnoldo Martínez Verdugo se mueve nerviosa alrededor del primer bloque de sillas (casi todas ocupadas) en las escalinatas de La Rotonda. Intercambia saludos, abrazos y besos con Maritza Macín, Manuel Canto, Raquel Sosa, Pablo Yáñez (algunos del gabinete ampliado) y con familiares de Arnoldo que arribaron desde Mocorito, Sinaloa.
Martha recibe a quienes llegan y exalta la obra del escultor Damián Ortega, quien concibió como mausoleo para Arnoldo un gran fragmento de basalto que solo tiene grabados tres elementos entrecruzados: una hoz, un martillo y un tronco de maíz con dos mazorcas.
— “Es una roca ígnea, volcánica y significa la montaña, la firmeza, como la utopía de alcanzar con el trabajo la cima y mejor vida”, explica el autor a los muchos que le preguntan. La leyenda en su base confirma esa significancia: “Cambiar la vida no es tareas de unos cuantos, toda acción transformadora es el resultado del esfuerzo colectivo”.
10:03. “Andrés Manuel López Obrador, Presidente Constitucional de México arriba a este recinto y se le recibirá con honores,” resuena una voz femenina en las ocho bocinas que rodean la rotonda. Se hacen los honores. Todos de pie. Acompaña al presidente la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo; él saluda con la mano al flanco izquierdo del presídium: Rabindranath Salazar Solorio, subsecretario de Desarrollo Democrático de la Secretaría de Gobernación (Segob); Rubén Mocha Moya, gobernador de Sinaloa y a Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores. Solo saluda efusivo, con palmadas y beso a Martha Recasens. Lo escoltan y se colocan en el presídium, con la fortaleza que representan, los secretarios de la defensa nacional y de la marina armada: General Luis Crescencio Sandoval González y el Almirante José Rafael Ojeda Duran. Se presenta al resto de quienes presiden: la Secretaria del Trabajo Luisa María Alcalde Luján; Sergio Carlos Gutiérrez Luna, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados y Alejandro Encinas, el comunista subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Segob. En la sillería hay parte del gabinete ampliado. El más alto nivel. Sigue la liturgia de izamiento de la bandera y la puesta al frente de la urna. Subyuga, hasta con ojos humedecidos, la atmósfera del sonido combinado del himno nacional de la sinfónica y del coro extendido y estentóreo.
Martha se anticipó
10:12. Todo eso y más lo intuyó bien la comunista Martha Recasens la primera en hablar desde el pódium. Antes del mensaje presidencial sobre las aportaciones de Arnoldo ella declaró viva su utopía:
— “la construcción de una sociedad sin explotación, con igualdad, una sociedad con justicia y con respeto a la dignidad humana… la mayoría de mexicanos no han alcanzado las garantías a la seguridad y la calidad de vida…hay que continuar impulsando la iniciativa transformadora de las masas, propiciando su autonomía y respetando su diversidad…”, apuntó en distintos momentos.
En sus saludos Martha aludió “la presencia de compañeras y compañeros que compartieron con Arnoldo la brega por una utopía que hoy día aún está por concluirse…
“Quiero comenzar por destacar que Arnoldo está aquí por derecho propio, está aquí como resultado de su obra, de su trabajo realizado durante casi ocho décadas, está aquí por su esfuerzo incesante que trascendió fronteras familiares, nacionales y también internacionales.
“La obra de Arnoldo no le pertenece a un grupo o persona en particular. Cualquier intento por apropiarse de ella está condenado al fracaso, porque el pensamiento de Arnoldo y su obra trascienden no sólo fronteras, sino fechas y aún a su propio autor.”
Y citó más del pensamiento de Arnoldo el comunista:
“Deseamos cambiar a México, sabemos que no basta con la voluntad y el conocimiento, así sean de muchos, para borrar la injusticia, la desigualdad, la antidemocracia. Requerimos organización, participación… Somos ambiciosos, queremos cambiar la vida. Queremos que cambie la relación de fuerzas en el país. Que los obreros, los campesinos, los colonos, los estudiantes, los profesionistas, los artistas y los intelectuales, las mujeres, los jóvenes y todas las personas que viven de su trabajo recuperen la iniciativa para llevar a cabo la insurrección cívica que nuestra nación requiere”.
“Camaradas –exhortó Martha al final– A nosotros nos toca mantener vivo su espíritu y su pensamiento.”
El presidente
10:24. El Presidente de la República de México, conocedor de los símbolos políticos, seguramente calculó las interpretaciones que tendría, a favor y en contra de su gobierno, aprobar una ceremonia con más alto nivel de Estado en favor de un comunista ese 24 de mayo de 2022, justo en el noveno aniversario de su fallecimiento. Por eso, aunque jovial, calculó bien su mensaje.
Andrés Manuel López Obrador resaltó de Arnoldo y de los comunistas “hombres y mujeres excepcionales con el distintivo, casi todos, de la honestidad” que acreditaron que “la vía electoral, democrática, pacífica, es posible para lograr una transformación profunda, estructural, radical, sin violencia.” No refirió directamente que eso esté ocurriendo en su gobierno.
Su mensaje fue de 6 minutos:
Este, dijo “es un reconocimiento muy merecido y, como lo mencionó Martha, ganado a pulso por Arnoldo.
“Voy a reflexionar de manera breve sobre dos virtudes, dos cualidades y dos aportes que considero importantes de Arnoldo.
“Tuve la dicha de conocerlo y me consta que fue uno de los precursores del movimiento democrático de nuestro país, pero en algo muy significativo, porque a él le toca encabezar el movimiento de la izquierda para participar en la vía electoral y democrática.
“Ese proceso, como también lo recordó Martha, no era tan sencillo de explicar y entender, porque en la izquierda, de acuerdo con el marxismo y las ciencias sociales, las transformaciones debían darse por la vía armada, no se concebía… la transición o el lograr los cambios por la vía electoral, por la vía democrática, por la vía pacífica.
“Ahora es distinto, pero en el tiempo en que Arnoldo optó, decidió abrir este camino en México. Sí había resistencias; lo menos que se decía era que el que optaba por esta vía era un reformista, un pequeño burgués.
“Pasa el tiempo y ahora ya sabemos que esa vía electoral, democrática, pacífica, es posible para lograr una transformación profunda, estructural, radical, sin violencia. Lo intentó Salvador Allende y otros dirigentes, pero ahora ya está acreditada esa vía, y esa es una contribución importante de Arnoldo.
“Lo otro que destaco –añadió el Presidente– es la honestidad de Arnoldo, que tiene que ver con los valores morales de los antiguos comunistas. No olvidemos que el Partido Comunista se formó, se constituyó en nuestro país en 1919, es el partido más antiguo del país, de México, y de ahí surgieron dirigentes hombres, mujeres excepcionales, y con el distintivo, casi todos, de la honestidad.
“Hace relativamente poco (noviembre 25 de 2019) estuvimos aquí homenajeando a (Valentín) Campa, que formaba parte de la misma corriente de pensamiento, y ahora a Arnoldo, que también, me consta, vivió y murió como un hombre modesto, austero, sin lujos, sin bienes materiales, siempre poniendo por delante los ideales y los principios.”
A las 10:30 el Presidente remató con una consigna: ¡que viva Arnoldo Martínez Verdugo! pero solo algunos asistentes corearon el viva.
Poco barullo
La ceremonia y el cuidado discurso presidencial fueron bien expuestos en la mayoría de los medios de prensa convencionales. Pero casi nada de otros hechos significativos: del bullicio de funcionarios del gobierno federal y de la ciudad por haber asistido y tomarse muchas fotos a pesar de no tener filiación de izquierda acreditada; de las reuniones relámpago de políticos como Mario Delgado con los cuatro comunistas en posiciones destacadas en el gobierno federal, de la escasa presencia de otros ex militantes del PCM que quisieron asistir, de valoraciones como la de Juan Pablo Jardón, sintetizando: “Arnoldo fue mucho más que lo que dijeron y su causa no se alcanzó con este gobierno”.
Otras reacciones aún no crecen en la prensa convencional. Una de las primeras fue de Julio Hernández en su columna Astillero para contrastar lo dicho por el presidente en La Rotonda con su aceptación pública de que el sistema neoliberal no es tal malo. Y donde sí se registraron cientos de felicitaciones al presidente, reconocimientos para Arnoldo y muy pocos reproches fue en la
Y por supuesto que se conoce menos la intensidad de expresiones que provocó esa ceremonia entre antiguos militantes comunistas, socialistas y otros. Los colectivos conocidos de esa filiación son escasos y se nota muy débil su influencia política. Un frente de ellos, de los más activos, es el chat colectivo de nombre Colectivo de ex PCM y sus reacciones fueron en general de refrendar sus convicciones comunistas, desde agradecer al presidente; calificar la ceremonia “como una práctica de política real, que ayudó a lograr lo que se ha avanzado”; resaltar la emotividad del acto; difundir más perfiles de quien fuera su Secretario General y candidato presidencial en 1982; felicitar a Martha por su “fortaleza, su permanencia, su combativo mensaje” y por su empeño para que Arnoldo llegase a la Rotonda. La mayoría de estos comentarios refrenda lo que escribió allí Carlos Reyes “el pensamiento de Arnoldo, vive y vivirá hasta que no cambiemos la vida en todos los ámbitos de nuestra existencia”. Mirada de reportero.
rogeliohl@yahoo.com.mx rogeliohl111@gmail.com